jueves, 8 de noviembre de 2012

Clive Barker. Novelas

Aunque Clive Barker, escritor inglés residente en Estados Unidos, es conocido sobre todo por sus cuentos, desgraciadamente aún no voy a hablar de ellos. Digo desgraciadamente porque son magníficos. No voy a hablar de ellos porque solo he leído dos tomos de los cuatro o cinco que tiene publicados en España y uno de ellos lo leí hace tantos años que no lo recuerdo bien.
Escribe relatos a medio camino del terror y la fantasía, predominando uno u otro en cuentos y novelas o manteniendo un conseguido equilibrio. Su fantasía, en todo caso, nunca es muy blanca, si bien yo creo que le gusta más esta que el terror y a ella dedica sus páginas más inolvidables. 
Por lo que he leído en sus libros, pienso que su tema favorito, su constante leit motiv, es el descubrimiento de un mundo de maravilla y magia detrás del oridinario al que solo se puede acceder muy costosamente y a través de severos sacrificios personales que algunos de sus personajes están dispuestos a realizar y otros no, pero se ven arrastrados a ese mundo extraño con sus leyes y todo lo que el cambio conlleva, sean metamorfosis permanentes o transitorias, pérdidas irreparables, imposibilidad de vuelta, incapacidad de readaptación, etcétera. También se da el happy end, no nos alarmemos. Pero ya digo que no es un escritor "para todos los públicos".
En cuanto a la calidad narrativa, sus novelas no conocen término medio: son muy buenas o malas. De las malas alguna se salva por las ideas, por el contenido, no por la forma. Otras, ni eso. Y las buenas, son excelentes, a la altura de sus cuentos. Vamos por orden.


Barker, Clive, El juego de las maldiciones, ed. La Factoría de Ideas, Madrid, 2010. Trad. Juan José Llanos Collado.
The Damnation Game, 1985.

Aún no apunta los temas que luego veremos en su obra, pero sí se aprecia la fuerte originalidad de su terror. A los personajes los mueve la codicia de algún tipo; en esto no es original ni, seguramente, se puede serlo; pero los distingue de otros personajes más, digamos, estándar, el que estos tienen un fondo de insatisfacción no económica, afectiva o sexual, sino intelectual, por la que están dispuestos a llevar una vida de privaciones a cambio de escasos momentos de placer o del contacto efímero con el objeto de sus esfuerzos, que puede ser la demostración de una teoría o el desarrollo de un pensamiento o el descubrimiento de que, efectivamente, hay algo más allá de lo visible. En esto es un autor, además en casi todos sus relatos, muy fáustico.
El terror de esta novela se desarrolla a brochazos gruesos más bien gore: hay mutilaciones, canibalismo, podedumbre (mucha) y, en un plano más sutil pero no menos terrible, vacío existencial y sufrimiento de seres inocentes (cachorros, niños). El trazo realista es de lo mejor: Barker no tendría precio como escritor realista. Sus personajes, dejando de lado las transformaciones que sufren, son tan absolutamente normales, tan conseguidos, que uno piensa que podrían ser los vecinos de la puerta de al lado o, por momentos, uno mismo.
En esta novela la balanza cae más del lado del terror y menos del de la fantasía, por lo que la recomiendo más a los que gusten de ese género. 
Afortunadamente, y contra lo que suele suceder, después de muchos años descatalogada e inencontrable, la han reeditado no solo en edición cara, sino también en bolsillo. Una buena noticia editorial, por fin.


Barker, Clive, Sortilegio, ed. Plaza y Janés, Barcelona, 1988. Trad. Roger Vázquez de Parga.
Weaveworld, 1987.

Sin duda, la mejor novela de Barker. Para mí, es su obra maestra y merece un puesto de honor no solo en su blibliografía particular, sino en la de la literatura fantástica.
Además de un impresionante despliegue de imaginación, la historia se encuentra sólidamente construida, prueba de que, si se toma su tiempo, cosa que no hizo con Cabal ni otras, el autor descuella muy por encima de otros escritores y otros productos. Como muestra, y sin desvelar nada, reproduzco el principio y el final:
Nada empieza nunca.
No hay un primer momento: no hay una única palabra o lugar de los cuales esta historia o cualquier otra brote.
Las últimas palabras de la novela, tras un espectacular y bello desenlace, son:
Porque nada empieza nuca.
Y esta historia, al no tener comienzo, no tendrá final.
Señalo esto como detalle de la preocupación por la estructura, la trama, en este caso de configuración cíclica. Entre medias, toda una historia de unos mundos encerrados en otros, en objetos cotidianos (una alfombra, un libro) y de unos personajes inolvidables, humanos (Cucos), con poderes mágicos (Videntes) y de otras especies (¿ángeles?).
La eterna lucha del bien y el mal, encarnada por personajes bondadosos y pérfidos, no es tan maniquea como cabría suponer: muestran sus claroscuros y medias tintas unos y otros. Se dan malos entrañables (Hobart) y buenos con egoísmos, dudas y fisuras (Apolline, por ejemplo) completados por una pléyade de secundarios tan vivos como ellos.
Los libros, partes, capítulos y apartados se sucenden en una lograda alternancia de cambios espaciotemporales y, sobre todo, de tempos, al modo musical: de Lento a Vivace, podríamos decir: momentos de máxima tensión repletos de acontecimientos enmarcados por remansos de extática paz o tensa calma. La lectura es trempidante y de este libro sí se puede decir eso tan publicitario de que se cierra con pesar o que cualquier cosa que leas después parecerá mala por comparación. No se entiende (yo, al menos) por esto mismo que no se haya reeditado desde 1987 o poco después. Se trata de ediciones hoy caras y difíciles de comprar. Mal destino para la mejor obra de Barker, que posee todas las cualidades para ser un best seller de altísima calidad.


Barker, Clive, Cabal. Razas de noche, ed. La Factoría de Ideas, Madrid, 2010. Trad. María Sánchez Salvador.
Cabal, 1988.

Parecerá que abogo por la coarción intelectual al decirlo, pero a mí me parece que algún editor, el que le publicó la novela o cuento o lo que sea esto en origen, debería haber hablado muy seriamente con Barker para que puliera lo que no pasa de ser un bruto, un  esbozo. Promete ser una obra magna y, de hecho, por internet y en las diversas publicidades del libro y la película, no se cansan de repetir (los interesados en obtener beneficios, claro) que es la novela de una peli de culto y que cuenta con miles de seguidores y patatín patatán. Vale. Pero al libro le faltan unos cuantos repasos para que no sea un diamante en bruto confundible con un pedrusco. La idea es buena, pero la forma... Hay redacciones escolares mejor escritas. Las razas de noche aparecen y viven bajo un cementerio. Punto. No esperes más. La novia del prota toma decisiones arriesgadas a partir de unos pensamientos que caben en un sello de correos y cuya profundidad es comparable a la de una palangana. El psicópata sí está más conseguido, pero seguramente sea porque su misma rareza, la de asesino en serie poseído por una personalidad alternativa somatizada o simbolizada en una burda careta (la que se ve en la portada, más o menos) lo aleja del lector corriente. En fin. ¿Merece la pena leerse? Sí, pero puede decepcionar. Se atisba lo que pretende, pero le faltó al escribirlo no sé si experiencia, trabajo, tiempo, ganas o motivación. Algo le falta, y creo que una nueva edición del autor "corregida y ampliada", como se dice en los manuales de texto, no le vendría mal. Encima, no está en bolsillo.


Barker, Clive, El gran espectáculo secreto, ed. La Factoría de Ideas, Madrid, 2012. Trad. Raúl García Campos.
The Great and Secret Show, 1989.

Transcurridos más de diez años desde que la publicara Plaza y Janés, por fin se ha reeditado esta segunda gran novela de Barker. Es la más importante después de Sortilegio y mantiene algunos puntos en común con aquella, como la fantasía oculta tras la realidad (ese es "el gran espectáculo secreto" del título, el del mundo de los sueños y las fantasías). En este caso no es una tierra lo que hay más allá, sino un mar: Quididad, maravilloso lugar que los seres humanos visitan muy pocas veces en la vida. Randolph Jaffe lo quiere visitar más veces, y para ello hará lo que sea: es el motor de su existencia, su obsesión. En la búsqueda de la consecución de su deseo arrastrará a unos cuantos personajes memorables algunos de los cuales parecen extraídos de sus cuentos, y estoy pensando concretamente en el de La últma ilusión, de los Libros de Sangre 4 (Sangre 2 en mi antigua edición de la editorial Martínez Roca).
La forma esta vez no desmerece de la historia, y se encuentra hábilmente tramada en una red de personajes interrelacionados, causas y efectos no siempre evidentes que se irán conociendo poco a poco y que arrojarán luz sobre nuevos hechos y personajes inquietantes como el extraño y ambiguo Kissoon atrapado en su bucle temporal cercano al pueblo-decorado del desierto (recuerda mucho a la ciudad semivacía del relato En persona, también de los Libros de Sangre 4). El tempo está tan medido como en una sinfonía: momentos para cada uno de los personajes, revelaciones trascendentes, amor, sexo, lucha, pasión, intriga, odios, etc. que se irán entrelazando en complejos cuadros cambiantes. La parte realista se presenta con tal verosimilitud que parece que asistimos a un documental sobre la historia de una comunidad real estadounidense en Palomo Grove, de la cual se narra desde sus orígenes hasta su hundimiento. Aquí se dan cotilleos, voyeurismo, rivalidad de clases sociales, simpatías y antipatías, escándalos y vida de puertas para afuera y de puertas para adentro. De esta última, por cierto, me llamó la atención, como en El juego de las maldiciones, la cantidad de tiempo que pasa la gente en casa sin hacer nada o viendo la tele. Resulta raro y también difícil introducir esta nota en una novela, por muy corriente que sea esto en la vida diaria, y Barker lo borda.
La novela culmina con una extensa incursión en el mundo de la fantasía y un apabullante clímax con potencial destrucción del mundo entero, incluido sorprendente giro final con raíces históricas que se anunció antes en forma de enigma: ¿qué es Trinidad?
Si no se lee de un tirón es por sus 470 páginas de apretada letra de las que ninguna aburre o decepciona.


Barker, Clive, Hellraiser, ed. La Factoría de Ideas, Madrid, 2008. Trad. Marta García Martínez.
The Hellbound Heart, 1991.

El otro mundo, al que se accede a través de sacrificios severísimos, ocupa el centro de esta corta novela. Se inicia ex abrupto con un diálogo entre el aburrido y desencantado de la vida Frank y "la cosa" que le va a proporcionar el pase a lo diferente, previamente invocada por la abertura de una caja-puzzle antigua. El mundo extraño no se describe y solo Frank da algunos apuntes. En resumen, Frank trata de escapar de la dimensión a la que ha ido a parar para volver a la nuestra, y para ello necesita algunos sacrificios ajenos, esta vez involuntarios, y alguien que le ayude a dar el paso.
La verdad es que la novela no está mal. Me la esperaba peor por lo que había oído de la película, que no llegué a ver entera porque no me gustan las de ese género. Me temía que fuera a ser un libro más terrorífico, pero no lo es, o, al menos, el horror pasa por el tamiz de lo fantástico y es, a la vez, bastante humano y familiar (la cosa va de hermanos y cuñadas). El relato, que podría ser un cuento largo, se lee con interés y contiene buena parte de las recurrencias de Barker, algo de sexo añadido. Este es truculento, quizá reflejo de la tumultuosa vida sentimental del autor.
La portada es tan horrorosa que aunque el libro no fuera tan corto como es, se leería rápido para dejar de verla. Eso sí, es uno de los tres libros del autor que actualmente se pueden comprar de bolsillo, una buena noticia para lectores compulsivos.


Barker, Clive, Imajica: El Quinto Dominio / Imajica: La Reconcialición, ed. La Factoría de Ideas, Madrid, 2006. Trad. Ana Isabel Domínguez.
Imajica: Book I: The Fifth Dominion / Imajica: Book II: The Reconciliation, 1991.

Puf. Decir que son malos es quedarse muy corto. Para alguien que sigue fielmente a este autor desde que lo descubrió en el 91, que ha perseguido la pista de sus libros descatalogados infatigablemente y que cuando se entera de que ha salido una nueva novela corre a comprarla pese al precio de los dos volúmenes (caros), supone una decepción enorme y profunda encontrarse con esto entre las manos y no saber por dónde cogerlo. Después de finalizar un tomo a trancas y barrancas, encontré que el segundo seguía igual y tuve que abandonar su lectura cuando me quedaban no sé si como 50 o 100 páginas para acabarlo. Pero es que da igual, porque la historia (¿hay historia?) no avanza; los personajes (¿quiénes eran?) no aportan nada, la fantasía es escasa y ramplona; de la acción (¿hacia dónde iba y de dónde venía?) no recuerdo una sola palabra. Es que nada se salva. Es un rollazo que no merece la pena leer ni regalado. Horroroso. La decepción que deja es profunda y, si a alguien le ha gustado, que lo exprese, porque no he leído ni una crítica buena por ahí. Bueno, sí, pero pocas, breves y no entusiastas, desde luego. Es una novela mala hasta decir basta.


Barker, Clive, El ladrón de días, ed. Grijalbo, Barcelona, 1993. Trad. Enric Canals.
The Thief of Always, 1992.

Aunque inencontrable ya en papel, existe por la web, y merece la pena leerse, ya que el Barker para niños no pierde carga. Se aprecia el esfuerzo por domar el caballo de la imaginación furiosa y negra que podría haberle llevado a escenas bastante fuertes de haber sido dirigidas al lector adulto.
La historia del niño aburrido al que embaucan para ir a un lugar de  continua diversión donde siempre pueda hacer lo que quiera no es superoriginal, pero tampoco está demasiado vista. Recuerda al entrañable clásico italiano Pinocho, de Carlo Collodi, cuya lectura recomiendo por no ser exactamente, ni siquiera aproximadamente, como la película de Disney. Más recientemente, viene a la memoria Coraline, de Neil Gaiman, y esta vez (no como con Miéville y Vance), parece que no soy el único que ve muchas concomitancias. Se recoge algo en algún foro y en estas preguntas a Gaiman (en inglés, me temo). Él dice, si no lo entiendo mal (el inglés, otra vez) que cuando ya estaba a medio escribir Coraline, leyó la contraportada de El ladrón de días, y nada más, y que años más tarde leyó la novela y no se parece tanto a su libro como se temía. Bueno. Habrá que creerselo (yo no me lo creo).
El libro, si bien dulcificado y con final feliz, contiene escenas bastante terroríficas más en su potencial que en su plasmación. Son muy evocadoras las imágenes de una sucesión de días donde siempre es primaveral la mañana, estival la tarde, anochecer de Halloween y navideña la noche. El escenario lo forman jardines engañosos que contienen peligrosos lagos, una casa encantada que alberga un tétrico ático y un oscuro sótano. Hay personajes escondidos y ambiguos, gatos que encuentran los caminos secretos (¿seguro que no se asomó por ahí Coraline?) y magia. Todo ello rodeando seres puros e inocentes: los niños.
Es un libro fantástico original y entretenido que se lee de un tirón y al que decoran atinadas ilustraciones que creo que son del mismo Barker, que también es dibujante.


Barker, Clive, Demonio de libro, ed. La Factoría de Ideas, Madrid, 2009. Trad. María Sánchez Salvador.
Mr. B. Gone, 2007.

Aunque he escrito que no conoce término medio y que sus novelas son buenas o malas, esta parece ser mediana: no es mala pero tampoco es una novela memorable, la verdad.
Por motivos que se aclararán al final de la novela, un demonio se ve atrapado en el libro que leemos, en el cual él mismo cuenta sus hazañas, en primera persona, desde que lo pescan, literalmente, del noveno círculo del Infierno hasta mediados del siglo XV. El demonio apela al lector de una forma cansina y poco convincente en fragmentos cortos que alternan con el relato de sus correrías en compañía de otro demonio: Quitoon. Lo que hacen juntos es dedicarse a matar a quien quieren y poco más. Al final hay un encuentro de la fantasía con la historia y el señor B. (Botch, el demonio) paga el pato de su curiosidad.
Me recordó a un entrañable libro que tenía olvidado y que ahora tal vez relea: No soy un libro, de José María Merino. El juego tipográfico, por lo menos, era más divertido.
Este (vuelvo al de Barker) se deja leer sin mayor trascencencia. Ya digo que es más bien mediocre, si bien entretiene y, además, se ha publicado también en bolsillo.
Parece ser que en breve van a publicar Everville, la segunda parte de El gran espectáculo secreto. Habrá que ver cómo prosigue. Para mí, se cierra perfectamente, pero bueno. Siempre es un placer leer a Barker. Ya comentaré sus cuentos.

Barker, Clive, Abarat, ed. Oz, Barcelona, 2015. Trad. Vicky Vázquez
Abarat, 2002.

Es la primera novela de una serie que en inglés lleva ya tres volúmenes publicados. Yo no lo sabía, entre otras cosas porque la editorial no se ha "molestado" en informar de ello. Hay que tenerlo en cuenta porque, claro, la obra no termina. La historia de Candy Quackenbush, joven de la ciudad de Chickentown, inventada en Minnesota, Estados Unidos, no hace más que empezar. La chica, aburrida de tanta mediocridad y de los ataques de su profesora y compañeros de clase, se escapa del colegio para encontrar en medio de la nada un extraño faro de madera, un personaje con varias cabezas y una especie de ogro horrible que lo persigue. Candy desencadenará un mecanismo mágico (tema habitual en Barker) que hará que nuestro mundo y el de Abarat, archipiélago de veinticinco islas, conecten. De nuevo, el mar de la fantasía, como en El gran espectáculo secreto.
En el nuevo mundo, repleto de extraños seres, fauna y flora pecualiares, además de magia, Candy no pasará desapercibida: pronto la buscan los malos malísimos y pronto también encuentra ayudas inesperadas.
La imaginación de Barker es portentosa y su dominio del ritmo narrativo también. A través de una serie de persecuciones, huidas, entregas, pérdidas, caídas, reencuentros, búsquedas, descubrimientos y revelaciones, el autor nos introduce en el maravilloso mundo de las islas del reino mágico de Abarat. La lectura llega a poseer un interés vertiginoso: volvemos a leer al mejor Barker, sea para niños o no (la obra no es especialmente infantil). Pero, como decía, no termina. Nos quedamos con la miel en los labios. ¿Sacará esta editorial las otras dos partes de la obra existentes hasta el momento? Esperemos, y esperemos que no tarde mucho en hacerlo.


2 comentarios:

  1. ¡Gracias por este estupendo reportaje! Lo colgaremos en las redes sociales de La Factoría de Ideas. Si quieres recibir información nuestra directa, escríbeme a prensa@lafactoriadeideas.es. Muchas gracias, ¡un abrazo!

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    1. Muchas gracias a ti, Sylvie. Me alegro mucho de que te haya gustado la reseña. Recibe un fuerte abrazo.

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