sábado, 25 de julio de 2020

John Varley

John Varley, El globo de oro, ed. La Factoría de Ideas (Puzzle), 2006. Trad. Domingo Santos.
The Golden Globe, 2001.

EL GLOBO DE ORO. JOHN VARLEY. 9788489746190 Librería Trama
"Romeo y Julieta" (detalle),
E. Fortescue-Brickdale
Para empezar con la ambientación, la época de la acción se sitúa más o menos entre 2160 y 2260, si no me fallan las cuentas. La humanidad vive en el espacio, repartida en algunos planetas y satélites de nuestro sistema solar entre los que circulan bastantes naves espaciales a una velocidad digamos "normal", no cercana ni mucho menos a la de la luz. 
Los humanos fueron casi aniquilados y expulsados del planeta Tierra por unos alienígenas que también ocuparon Júpiter. A esto apenas dedica un par de páginas en todo el relato, así que puede decirse que forma parte del telón de fondo.
Lo realmente central en la novela es la vida de su protagonista, el actor teatral Kenneth Valentine, contada por él mismo. 
Se nos presenta interpretando Romeo y Julieta (en los papeles de Julieta y Mercucio a la vez) en una especie de asteroide (Brementon) "a unos cuarenta y cinco minutos de Plutón". Un inspector le pregunta por él a él mismo (está caracterizado de Julieta), ante lo cual termina su actuación y huye, sin saber siquiera por qué lo buscan, en la primera nave. En Plutón se gana la vida como artista callejero de marionetas hasta que le dicen que en la Luna la prestigiosa directora de teatro Kaspara Polichinelli ha salido de su retiro para dirigir El rey Lear.
Rodaje de "Our Gang" ("La pandilla") en 1930
Como ansía el papel y Polichinelli se lo reserva, su meta ahora es ir a la Luna a tiempo para la función, pero no tiene dinero, así que tima a una chica de familia rica a la que de paso roba unos auténticos netsukes japoneses antiguos. La familia estaba protegida por la mafia carontesa, toda una sociedad de asesinos. Un miembro suyo, Isambard Comfort ataca a Kenneth, pero este, paranoico y sorpresivo, logra reducirlo y huye a toda velocidad hacia Oberón escondido en su propio equipaje durante ochenta y cuatro días de travesía.
El "Acto dos"(hay cinco) es casi entero una serie de flash-backs en que conocemos el pasado de Kenneth: fue durante veinte años el pequeños Sparky, el protagonista de la exitosa serie infantil "Sparky y su pandilla". Conocemos a su tiránico padre, que le hizo aprender toda la obra de Shakespeare de memoria a base de ahogos en la bañera y otros métodos más crueles aún...
Stained Korozo Study of a Frog on a Skull Netsuke Artist: Unknown ...
Netsuke de calavera
y rana
Para no aburrir ni desvelar, el resto de la novela incluye: la estancia en un alucinante Oberón II, satélite artificial que consiste en una rueda de doce radios de ochocientos kilómetros cada uno, dispuestos como las manecillas de un reloj, de los que hay construidos seis (once a una y cinco a siete) con su borde correspondiente. (Cabe decir aquí, por cierto, que las descripciones de la rueda, sus radios, su transporte y su física básica no aburren, a diferencia de lo que sucede con el Mundo  Anillo de Niven)
De Oberón, donde también le ataca Isambard, huye en una lujosa nave a la Luna (aquí sucede otra serie de flash-backs y conoce a su tío Ed, uno de los momentos más surrealistas del relato), logra interpretar a Lear una única vez antes de que escape otra vez de Isambard, le atrape la policía por asuntos pendientes (no quiero desvelar todo), se celebre un juicio y tenga que volver a escapar de los caronteses, a los que jura destruir. Punto.
Relación entre Oberón y Shakespeare
La novela, de casi setecientas páginas (698 en esta edición) es una sorpresa continua. Partiendo de una base en principio poco prometedora (un actor shakesperiano yendo de planeta en planeta), Varley logra un relato que corta el aliento, deslumbra, entretiene, sorprende, alegra y divierte sin tregua. El estilo además es el del personaje contando su vida: fresco, descarado, frívolo ("-Supongo que tu padre no será un miembro del Congreso, ¿verdad? -murmuré. -Mi padre fue dos centímetros cúbicos de fluido blanco en un tubo de ensayo. -El mejor tipo de padre").
La ciencia ficción como tal abunda: aceleraciones, gravedad, vacío, giros en lo físico. En lo fantástico: trenes que vuelan a su destino, edificios que se mueven sobre vías, arañas que pesan toneladas ocupadas de apuntalar el satélite, ordenadores centrales que lo saben todo... Es maravilloso encontrar una ciencia ficción divertida sin caer en lo pueril. Además, se encuentra perfectamente integrada en una narración donde se equilibra con alusiones constantes a la edad dorada de Holllywood, el mundo del espectáculo, las paranoias del protagonista, sus amigos imaginarios y reales, su peculiar familia, sus amantes, la humanidad del espacio... Solo le pondré dos peros sin importancia. Uno: los pasajes de béisbol son prescindibles se mire como se mire. Dos: al final hay algo de culebrón familiar innecesario. Dicho esto, es de las poquísimas novelas que dan ganas de volverla a leer en cuanto se termina.